Muchas personas tienen un problema (ahora explicaré porqué esto es un gran problema) albergando esta creencia: “no lograr lo que quiero es un fracaso” o “si las cosas no me han salido como había planeado o cómo yo esperaba, eso es igual a un fracaso o algo negativo”.
El problema está en que creyendo esto, te limitas y limitas tu posibilidad de disfrutar y aprovechar TODO lo que te sucede, lo hubieras planeado o no.
Fíjate, recuerdo estar hace unas semanas con una amiga que tiene una peluquería. Me comentaba que se sentía sola y que quería encontrar pareja, conocer a un hombre que le gustara y con quien salir. Le pregunté qué tipo de hombre y qué tipo de relación quería crear. Me lo explicó con suficiente claridad. Al poco, se hizo la hora de cerrar y le comenté que me quedaba a ayudarla a limpiar y cerrar. Ella tenía programadas algunas cosas para después. Justo al ir a cerrar la puerta de entrada de clientes, entró un joven (casualidad o no) especialmente parecido (sólo valorándolo físicamente y la forma de ser que me transmitía) a la descripción del tipo de hombre que quería conocer. Preguntó si le podían hacer un corte de pelo, algo sencillo. Mi amiga, con la cabeza puesta en sus planes para luego, y ya sin acordarse de la conversación de antes, le dijo que era tarde y que tenía que cerrar… Nunca más lo ha visto. En mi opinión la vida le había puesto una oportunidad en bandeja, pero ella estaba ocupada en otras cosas, sus planes.
El problema es que esto pasa continuamente a infinidad de personas. Van por la vida haciendo planes y con poca atención a observar las oportunidades de aprovechar lo que les sucede, más allá de ser “lo esperado” o “lo planeado”. A veces, la oportunidad de encontrar eso que buscamos está muy cerca, pero no lo vemos, porque lo buscamos muy lejos.
Otro ejemplo similar es creer que no lograr un objetivo propuesto es un fracaso. Cómo dice una las ideas básicas de la PNL: “no hay fracasos, sólo resultados”. Quizá te hayas propuesto adelgazar, o dejar de fumar, etc, y no lo has conseguido. Lo normal en estos casos es sentirlo como un fracaso, como algo negativo. En estos casos, te reto a ir más allá. Observa las posibilidades de aprender más acerca de ti, quizá te sirva para aplicar eso a otros temas que tampoco te estás saliendo como esperabas. Y obviamente, por difícil que sea, busca una alternativa emocional a sentirte mal. Más bien siéntete expectante y curioso para aprovechar lo bueno de la situación.
Y es que realmente nuestra forma de ver lo que nos pasa, no es la única forma de hacerlo (de hecho no hay una forma mejor o más real que otra). Pero sin embargo esto determina cómo nos sentimos y qué hacemos con lo que pasa.
Tu forma de ver las cosas, es tu decisión, al fin y al cabo. Como dice Tony Robbins, hay 3 tipos de decisiones que tomamos continuamente y que definen nuestra vida: a) a qué atendemos y qué desatendemos; b) qué significado le damos o cómo interpretamos eso que atendemos; c) qué hacemos con ello.
Así que, cuando las cosas no salgan como las habías planeado (ya sean planes del día a día, como grandes planes), que sucederá a veces, no corras en definirlo como algo negativo. Porque recuerda, algo es positivo o negativo en función de lo que vendrá después. Y tú no sabes lo que vendrá después…